La Selección Nacional de
Fútbol de Malí ha contado con figuras como Seydou Keita, Frédéric Kanouté, Momo
Sissoko y Mahamadou Diarra pero nunca se ha clasificado en la prueba reina del
fútbol planetario: la FIFA World Cup, o Mundial. Suma ocho participaciones en
la Copa Africana de Naciones, la primera en 1972 donde alcanzó su mejor
resultado hasta el momento: subcampeón. Hasta 1994 no se volvieron a clasificar
con un cuarto puesto que repitieron en 2002 –anfitriones- y 2004. En 2012 y
2013 volvieron a subir al podio con sendos terceros puestos.
Para completar el sueño
deberán realizar historia y deben de comenzar a escribirla a finales de este
año. El seleccionador francés Alain Giresse ha vuelto a asumir el mando de
seleccionador y contará con una buena plantilla que le permite soñar siempre
que cuide su sistema defensivo y consiga mayor regularidad. Para ello contarán
con las estrellas jóvenes que durante 2015 comenzaron a crecer y brillar en el
Mundo. La ronda clasificatoria para Rusia 2018 puede haber llegado en el mejor
momento de las Águilas.
Sorteos, postes, lesiones,
tanda de penaltis… la suerte forma parte del fútbol y la selección maliense lo
comprobó en 2015 con una espiral de infortunios. La selección sub-17 eliminada
en la primera ronda de la clasificación para la CAN Sub-17 2015, la absoluta
prohibida de alcanzar cuartos de CAN debido a la cruel fortuna del sorteo que sonrió
a Guinea, empatada en todos los aspectos en la fase de grupos, y por último, la
sub-20 con la lesión de su portero titular a escasas horas de iniciar la cita
continental de la categoría. El año 2015 daba su espalda a Malí pero acabó
siendo histórico.
La misma suerte que le privó en
el pasado se puso de su lado y Malí fue repescada para la CAN sub-17 tras un
error administrativo de Benín. Los jóvenes mostraron su calidad y levantaron el
primer título consiguiendo la clasificación al Mundial Sub-17 de Chile 2015. La
absoluta acabó subcampeona del Campeonato Africano de Naciones 2016 y superó la
segunda fase de las eliminatorias de la Copa Mundial de la FIFA Rusia 2018™, y
los sub-20 consiguieron clasificarse para la Copa Mundial Sub-20 de la FIFA
Nueva Zelanda 2015 sorprendiendo al mundo con su tercer puesto. Todo conseguido
con trabajo, discurso que repiten todos los internacionales malienses.
Copa Mundial Sub-20 de la FIFA
Nueva Zelanda 2015
Solo Serbia en la fase de
grupos y posteriormente en las semifinales consiguió parar a Malí. En octavos
mostraron su reinado africano venciendo con un contundente 3-0 a Ghana, una de
las mejores selecciones del continente, y en cuartos de final sorprendieron
tras aguantar el poderío alemán y eliminarles en penaltis. Djigui Diarra,
lesionado meses antes, consiguió llegar a la competición y fue una suerte para
el seleccionador Fanyeri Diarra. Una actuación imperial de principio a fin de
la competición destacando su encuentro en cuartos al parar un penalti cuando su
selección iba perdiendo. El antiguo capitán es ahora el dorsal 16 de la
absoluta siendo titular. Malí volvió a perder contra Serbia pero venció a
Senegal alzándose con el tercer puesto. Adama Traoré fue otra de las estrellas,
venció el Balón de Oro y el multimillonario AS Mónaco le reclutó para su
proyecto.
Copa Mundial Sub-17 de la FIFA
Chile 2015
Cuatro meses después era el
turno de que los más pequeños volvieran a deslumbrar al Mundo y confirmaran la calidad
creciente de las Águilas. Tras una casi perfecta fase de grupos con dos victorias
y un empate, llegó a la final tras eliminar a Corea del Norte, Croacia y
Bélgica –en fase de grupos empataron-. En la final africana, con tres malos
minutos donde recibió dos goles, acabó por ser derrotada por Nigeria que sumó
su quinto título y es la selección más laureada de la competición. A pesar de
ello Samuel Diarra se hizo con el Guante de Oro y Aly Malle fue tercero en el
Balón de Oro mientras que Sidiki Maiga anotó los mismos goles que el tercer
pichichi.
Con la calidad de sus
categorías inferiores creciendo la selección de Bamako está más cerca que nunca
de cumplir un sueño muy perseguido, solo necesitará continuar con lo demostrado
y que la suerte le siga sonriendo, al menos un poco. Alegría baile e ilusión.
Zambia, ejemplo a seguir
Es indudable la calidad de las
selecciones africanas a nivel individual y Malí puede aprender de país tan
cercanos geográficamente –algunos forman frontera con Malí- como Algeria, Nigeria,
Senegal, Costa de Marfil Ghana, Camerún o incluso Togo. Encuadrada en una
posición geográfica tan rica y deseada en términos futbolísticos nos alejaremos
del mapa para escoger un buen ejemplo: Zambia. Las ‘Balas de Cobre’ nunca han
participado en un Mundial pero suman 16 presencias en la Copa Africana de
Naciones. Su primera participación fue en 1974 siendo subcampeón, 1982, 1990 y
1996 con sendos terceros lugares y otro subcampeonato en 1994. Su gran logro
fue en la Copa Africana de Naciones 2012 donde Malí finalizó tercera.
La selección zambiana se alzó
con el oro de la mano del seleccionador francés Hervé Renard haciendo historia:
era su primer título. Con jugadores locales comenzaron avisando tras su victoria
ante Senegal en el partido inaugural de su grupo. Tras empatar ante Libia en su
único tropiezo hasta el éxito. Derrotó a la sorprendente anfitriona Guinea Ecuatorial,
aplicó un contundente 3-0 ante Sudán en cuartos y en semifinales volvió a sacar
sus garras para vencer a una de las favoritas: Ghana. Quedaba lo más difícil,
la final ante otra de las favoritas –Costa de Marfil- repletada de grandes
jugadores con éxito al máximo nivel y capitaneadas por la leyenda Drogba.
Aguantó todos los envites de Costa de Marfil, incluso Drogba falló un penalti,
antes de alcanzar la gloria en una larga tanda de penaltis que vencieron.
La humilde selección alcanzó
el éxito con Katongo como mejor jugador, Mayuka máximo goleador sumados a
Mweene y Sunzu formando parte del mejor once del torneo con Kalaba como
suplente. Más allá de las claves deportivas existió una más sentimental: el
recuerdo del accidente aéreo. A finales de abril de 1993 se estrelló el avión
que transportaba a Zambia para un encuentro correspondiente a la clasificación
para el Mundial. Fallecieron 30 personas entre las que se encontraban 18
jugadores y cuerpo técnico. Un año después alcanzarían la final en la Copa
Africana de Naciones. Ocurrió en la costa cercana a Libreville, Gabón,
casualmente sede de la final que coronó a Zambia con el recuerdo y espíritu todavía
vivo.
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