Hoy era día para cambiar la mala rutina
cogida en los últimos partidos. Hoy visitaba el coliseo blanco un
Basilea demasiado blando atrás pero con ideas y con una personalidad
suficiente para crear ocasiones a un Madrid que, aunque ha ganado
5-1, no ha llegado a disipar completamente las dudas sobre su juego,
su alineación o su sistema para defender pero sí que lo ha hecho sobre su puntería.
Nacho celebra el primer gol de la noche junto a James |
Es cierto que hoy los delanteros
madridistas no han fallado, como lo hicieron el otro día en el derbi
o hace unas semanas en Anoeta. También hay que anotar la
participación de Nacho en detrimento de Arbeloa, que acabó muy
tocado el derbi al ser cambiado por Varane con el 1-2. El joven
canterano cumplió con nota tanto en defensa, muchas veces recibía
un dos contra uno al no bajar Bale, como en ataque, el primer gol fue
consecuencia del desvío de un centro suyo por parte de Suchy.
Pronto se vio que el Basilea no quería
esperar atrás e intentó ir en busca de la pelota dejando espacios
entre la línea de la defensa y el portero, y eso con el Madrid es
correr un riesgo innecesario viendo la velocidad de sus delanteros.
Así llegó el gol en propia puerta de Suchy. James dio un perfecto
taconazo para la internada por banda diestra de Nacho, el canterano
puso un centro raso que desvió a la red el central checo del Basel.
Hay que alabar la voluntad del colombiano por querer ser participe
del fútbol de ataque blanco y por todas las ganas que pone para
intentar conseguir la difícil tarea de hacer olvidar a Ángel Di
María.
Pepe en la disputa de un balón aéreo |
Ese gol iba a desatar al Madrid, que se
quitaba toda la presión de los últimos días de un plumazo. Modric
comandaba el ataque con James y Kross, arriba Benzema, Ronaldo y Bale
esperaban pacientes su oportunidad con la que hacer gol. El primero en
conseguirla fue Bale en el minuto 29. El galés, que recibió un gran
pase con el exterior de Modric, batió al meta suizo con un sombrero
preciso y con su posterior remate en el aire. Un minuto más tarde le
tocaba remachar a Cristiano en línea de gol un centro medido de
Gareth Bale. En el minuto 35 sería el propio James Rodríguez quien
empujaría el esférico a las redes tras un rechace del portero a un
disparo de Benzema, después de una gran jugada colectiva a la contra.
Ya, antes del descanso, Derlis González marcó el gol del honor con
un gran disparo raso y cruzado que nada pudo hacer Casillas. El meta
y capitán blanco recibía aplausos y pitos, a partes iguales, cada
vez que tocaba el balón.
La segunda parte pareció la que se ve
en los trofeos de verano: los delanteros no ayudan, el equipo se
parte, los medios se relajan y el aficionado sufre a la vez que
disfruta de la anarquía que significa atacar en ocasiones hasta con siete u ocho jugadores. Ese desorden se puede pagar contra equipos grandes,
equipos con los que el Madrid se va a jugar los títulos -como lo es
el Atlético de Madrid-. La principal misión de los jugadores
madridistas fue dejar que pasara el tiempo y ver si se podía hacer
gol. Benzema y Cristiano se dieron cuenta de que sí y tras dos
paredes en la frontal al primer toque, el galo se sacó un disparo a
la escuadra de esos imparables hasta para tres porteros en la
portería. Entre tanto el Basilea puso en apuros a Casillas, con un
palo y con un un remate despejado a córner por Iker con una gran
parada tras un mal despeje de Varane.
Noches así son ideales para recuperar
la confianza en uno mismo y para que los delanteros vuelvan a ver
puerta antes del compromiso liguero.
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Gran artículo Alfredo!!
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