El Real Madrid y el Córdoba se
estrenaban en la Liga con objetivos muy distantes: ser campeón para
los de Ancelotti y uno mucho menor para los pupilos del Chapi Ferrer,
la permanencia. El público abarrotó el estadio esperando una cómoda
victoria tres días después de la derrota en el Vicente Calderón,
que supuso la pérdida del segundo título de la temporada, la
Supercopa de España, y de la posibilidad de conquistar un sextete
histórico.
No fue exactamente así como se dio el
partido. El Real Madrid tuvo que sudar tinta para imponerse a un
ordenado Córdoba por 2-0 con goles de Benzema y de Cristiano
Ronaldo. A pesar de la victoria, el Madrid debe mejorar y mucho. Se
vio un equipo parado, sin ritmo, sin mordiente y sobre todo y aunque
parezca muy contradictorio, viendo los jugadores de ataque, sin gol.
En la primera parte se vio reflejado la
falta de tensión en los hombres de Ancelotti, que confiaban una y
otra vez en que Cristiano, James, Benzema o Bale hicieran una
genialidad que decantara el marcador hacia su lado. Esa genialidad no
apareció y el famoso runrún se fue acrecentando viendo como los
jugadores madridistas se estrellaban en la muralla blanquiverde
jugada sí, jugada también. Hasta que en el minuto 29 Karim Benzema,
que rompe su racha de 15 partidos sin marcar, remataba a las redes
con un cabezazo espectacular un córner sacado por Modric. A partir
de ahí, el Madrid se soltó y acechó el área de Juan Carlos con
mayor frecuencia aunque seguían sin existir ocasiones claras de gol
en las dos porterías.
Tras el descanso y con los cambios del
Chapi Ferrer el Córdoba parecía hacer peligrar la victoria
madridista siendo más valiente y descarado. El Real Madrid, por su
parte, seguía empanado y el público dedicó los primeros pitos de
la temporada hacia su equipo. Los cordobeses apoyados por 4.000
espectadores estuvieron a punto de empatar el partido pero el árbitro
anuló el gol de Xisco por claro fuera de juego. Minutos más tarde,
el otro linier no erraba y anulaba un gol a Cristiano Ronaldo. El
portugués, lejos de desanimarse y con Isco como socio, batía al
meta cordobés con un potente disparo desde lejos en el último
minuto de partido.
El Madrid consiguió así la primera
victoria de la temporada, pero dejó numerosas dudas en su juego
hasta el punto de que el Córdoba bien plantado fue capaz de
complicarle la vida.
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