La crueldad aterrizó esta noche en
Mestalla. La magia y la felicidad no se olvidaron y no faltaron. El Sevilla disputará la final de la UEFA Europa League el
14 de mayo en Turín, ante el Benfica, gracias a un gol de cabeza de
Mbia en el minuto 93.
El Valencia llegaba arropado por su
gente. El “sí se puede” se respiraba en todos las
esquinas del campo “ché”, excepto en la parte visitante, donde
6000 sevillistas habían hecho una parada con la esperanza de cumplir
su viaje Sevilla-Turin, que al final y con mucha mucha suerte se
realizará.
Mbia tras marcar el 3-1 |
Pizzi le ganó la partida a Emery desde
la salida y junto a los ánimos de la afición,el Valencia salió a comerse, a
devorarse al rival como si no hubiera un mañana. En poco más de 20
minutos, el murciélago había remontado el vuelo y había empatado
la eliminatoria con una intensidad abrumadora y, sobre todo, con un
fútbol magistral controlado por Dani Parejo. Trece minutos llevaban
transcurridos cuando Feghouli se coló hasta el área pequeña y
fusiló a Beto para poner el 1-0 y seguir soñando en una segunda
remontada épica.
Jonas igualó la eliminatoria doce
minutos después con un soberbio testarazo, aunque la UEFA le dio el
gol a Beto, ya que tras rechazar en el larguero el balón tocó en el
meta portugués. Entre ambos goles, el argelino Feghouli estuvo a
punto de marcar su segundo gol. Tras la tempestad llegó la calma. Se
paró el Valencia y respiró el Sevilla, que tuvo en los pies de
Reyes el gol, pero ahí apareció la respuesta de Diego Alves con una
parada antológica, similar a la de Casillas a Perotti.
Los jugadores valencianistas acabaron hundidos |
Ya en la segunda parte fue Mathieu
quien estalló el éxtasis valencianista con un gol a la salida de un
córner. El Valencia lo había hecho, había remontado el 2-0 de la
ida en 69 minutos. Pero entonces llegó el equivocado paso atrás de
Pizzi -cambió a Parejo por Javi Fuego para sorpresa de Keita y de
todo Mestalla- convirtiendo el partido en un acoso del Sevilla y en
una constante pérdida de tiempo “ché” ya sea por fingir
lesiones, por la desaparición de los recogepelotas o por la
aparición de dos balones en el campo. Así se llegó al descuento,
sin jugar un minuto. Hasta que en el 93 un saque de banda de Coke fue
prolongado por Fazio y rematado por Mbia, para clasificar al Sevilla
en otra final europea, y ya van tres en los últimos años.
El Sevilla supera la eliminatoria con
un milagro que ha destrozado a toda una ciudad que soñaba con una
final europea tras años de sequía. La tristeza sevillista fue
abordada por la hasta entonces, felicidad valencianista.
Publicar un comentario