El actual número 1 suizo derrotó en tres sets (4-6, 7-6
(5), 6-2) a su compatriota Roger Federer, y se consagró en el primer Masters 1000
de tierra batida de la temporada. Con esta victoria, Wawrinka consigue su
primer título de estas características, tras las finales perdidas en Roma 2008
y Madrid 2013, y mantiene el número 3 del mundo. Federer, por su parte, sigue
sin poder coronarse en Montecarlo tras caer en sus 4 finales disputadas (2006,
2007, 2008 y 2014).
Dos horas y trece minutos de partido necesitó Stanislas
Wawrinka para derrotar, por segunda vez en su carrera, a Roger Federer. La
primera había sido también en Montecarlo (2009), pero ésta sin lugar a dudas es
mucho más importante ya que significa el título y la confirmación de su gran
momento de forma, asegurándose el puesto número 3 del ranking mundial. “Stan”
está viviendo el mejor año de su carrera tras haber conseguido su primer Grand
Slam (Australian Open), y su primer Masters 1000, después de ceder en las finales
disputadas en Roma (2008) y Madrid (2013).
Tras un primer set parejo, con pocos intercambios largos de
fondo de pista pero con algunos golpes de calidad, Roger Federer impuso su
experiencia y aprovechó la diferencia que consiguió en el quinto juego: 2-3. El
break fue suficiente para llevarse el primer set, ya que el ex número 1 del
mundo, concentrado, se mostró muy seguro con su servicio. Wawrinka no conseguía
dominar a Federer en los intercambios, y la final parecía repetir la historia
de los últimos 12 enfrentamientos entre ambos. Consciente de que ya había
tomado ventaja en la final, Federer no dio opciones de break a Wawrinka en el
tramo final del set: 4-6.
Federer se las prometía muy felices tras conseguir el primer
set, pero no contaba con que la reacción de su compatriota llegaría tan pronto.
Y es que comenzado el segundo parcial, Stanislas Wawrinka aprovechó la primera
oportunidad de break que tuvo para alejarse en el marcador (2-0). No le duró
mucho la alegría a “Stan”, porque acto seguido Federer rompió en blanco (2-1) e
igualó el set. La paridad se mantuvo hasta el punto de inflexión en el tiebreak
(6-6). Wawrinka se llevó el único mini-break que desniveló la muerte súbita
(2-0) y mantuvo su servicio a lo largo del desempate para, en el tercer set
point (6-5), igualar el encuentro y estirar la definición al tercero: 4-6, 7-6
(7/5).
La realidad es que el hecho de que Wawrinka igualara el partido
a un set, golpeó bastante a un Federer que esperaba cerrar el encuentro en el
tiebreak del segundo parcial.
De esta manera, el actual número 3 del mundo aprovechó el
envión anímico que supuso llevarse la segunda manga, para golpear primero en el
tramo final del partido. Consiguió el break a la primera en el primer juego de
saque de Federer (1-0) y mantuvo su servicio sin inconvenientes para abrir
brecha en el marcador (2-0). Federer no podía aguantar la agresividad que
imprimía Wawrinka en sus golpes y no encontraba respuesta para detener el
vendaval del flamante campeón del Australian Open.
“Stan” mantuvo la precisión y la agresividad en sus golpes, y
aumentó su nivel de juego lo que supuso un nuevo break, que a la postre
terminaría siendo definitivo: 3-0.
A ritmo de saques se llegó al final, donde Wawrinka
concretó su segunda victoria (4-6, 7-6 (5), 6-2) en quince enfrentamientos vs.
Roger, y confirmó su buen momento de forma. Con el título, Wawrinka se asegura
el tercer puesto del ranking mundial, y se lleva por primera vez en su carrera
un Masters 1000, tras las derrotas sufridas en Roma (2008) y Madrid (2013).
En declaraciones posteriores al partido, Federer destacó que
“estoy muy feliz por Stan”. “Es una gran victoria para él después de ganar su
primer Grand Slam en este año, y por supuesto su primer Masters 1000. Él
aprovechó las oportunidades cuando estuvieron ahí, y eso es clave en la carrera
de un jugador de tenis. Así que estoy muy contento por él". "Creo que
es una de esas finales que podría haber ganado, pero Stan fue más duro al
final. Se lo merecía un poco más. Evidentemente, hubiera sido lindo ganar ese
segundo set en el tiebreak. No jugué necesariamente mal, sin embargo, al mismo
tiempo yo nunca pude plantear las cosas como quería".
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