La bala de Bale vale por una Copa del Rey

La noche en Mestalla arrancaba a las 21:30 y todo apuntaba a una noche apasionante como el Miércoles de Pasión, todo andaba sobre esto la fe de ganar una Copa del Rey que bien valía el primer titulo de la temporada para cualquiera de los dos conjuntos.

Dicho esto arrancó la pelea por un titulo con sabor a clásico, en un campo que pudimos ver mucha intensidad durante los 90 minutos de juego, balones mal tirados por no saber perder de algún jugador del Barcelona y consuelos tras el final por parte de otros. Así es la vida y los valores.

El partido en la primera parte, tuvo un gran protagonista y este fue Di María el ángel de la guarda del Madrid, el fideo, el que primero abrió el camino que iluminaba a un conjunto blanco que iba volando hacia una victoria que parecía posible al menos durante los minutos que dominaba. Pinto consiguió tocar el balón al tiro del argentino pero nada pudo hacer para detener un buen remate.

Pero, el mundo no es todo alegría y color, el Real Madrid se vio algo oscuro por momentos dominaba el Barcelona incluso consiguió el empate tras un gran gol de cabeza de Baltra, y un póster evito el gol de Neymar en el minuto 90, un milagro, será cosa de Santos. Por suerte para los madridistas aunque por desgracia para el espectáculo parece ser que Messi sigue desconectado, con la mirada perdida, no sabemos si estará pendiente al Mundial o serán otras cosas pero no consigue aparecer en estos últimos partidos.

Recordamos que en la final 2011 nos valió un gran gol de Cristiano Ronaldo, tras un gran centro del propio Di Maria, será cosa de ángeles que aparecen en las grandes finales. Cristiano en esta ocasión estaba ausente por una lesión en el partido pero estaba en directo presenciando y celebrándolo en el Estadio junto a otros compañeros, el equipo blanco sufrió y sabio sufrir, hasta el final.

En el minuto 84, Baltra el protagonista del empate, no pudo parar la gran galopada del "Galgo" Gales como corría metros, 60 para ser exactos era todo poesía y llena de ilusión blanca. Y no es que el jugador del conjunto catalán sea lento sino que pasó un autentico huracán.

Y la noche valenciana se convirtió en una celebración en Cibeles donde la Copa era la gran protagonista y la imagen del día era Casillas con el primer trofeo en la mano. Queda un largo recorrido aún y dos títulos en juego para el conjunto blanco supone una inyección de moral y para otros supone ver si encuentran su propia remontada.