Miguel Ángel de las Cuevas Barberá, nacido en Alicante un
19 de junio de 1986, es un futbolista español que juega en la posición de
mediocentro. Más conocido como De las Cuevas, comenzó en dos equipos locales
como son el Club Deportivo Agustinos Alicante y el Kelme CF –especializado en
fútbol base de la zona-. Valencia CF volvió a hacer uso de su vinculación con
el Kelme CF y fichó a Miguel, que posteriormente estuvo cerca de fichar por el
FC Barcelona. En la categoría juvenil fue traspasado al Hércules CF, donde
compaginó al filial con el primer equipo. Tras cuatro años en el club alicantino,
De las Cuevas salió por primera vez de su comunidad autónoma dirección a la
capital, el Atlético de Madrid había pagado su cláusula de rescisión -300.000
€-. Las lesiones y su falta de calidad hicieron que su paso por el Vicente
Calderón no fue fructífero y tras tres temporadas con los colchoneros recaló en
el Sporting de Gijón. Fue un pilar en el club asturiano durante sus tres temporadas
y media, algo que llamó la atención del CA Osasuna. El 10 de enero de 2013,
Miguel marchó a Pamplona como cedido con una opción de compra valorada en algo
más de un millón de euros que los navarros ejercieron este verano.
Llegaste con 18 años
al Atlético de Madrid… ¿Cómo lo viviste?
“Acostumbrado a ver a gente jugando mundiales... Yo llegaba con 18 años
al vestuario del Atlético de Madrid y estaba Fernando Torres, Antonio López,
Pablo, Perea... Luego Forlán o Agüero, había mil jugadores y te cambias con
ellos. Aprendes mucho. Ves cómo golpean al balón, cómo se desmarcan... Yo en
teoría tenía que darles pases a ellos me decía que darle un pase a ellos es
fácil porque los van a hacer buenos, harán desmarques sin que tú los veas...
Jugar con gente tan buena es todo más fácil”.
¿Por qué le pusiste
Romario a tu perro?
“Era mi ídolo de
jugador y le pusimos Romario por tener un recuerdo. Y como es pequeño y
rapidito, pues le viene bien el nombre. Eh tío”
¿Cómo recuerdas tu
gol en el Bernabéu?
“Siempre he dicho que cuando metí el gol lo que queríamos era que
acabara el partido porque lo normal era que el Real Madrid te metiera tres
goles y que reaccionaran. Era defender y que los minutos pasaran. Juan Pablo
sacó dos en la línea, Botía también, Higuaín falló una de esas que nunca
falla... Tuvimos esa pizca de suerte que hay que tener. En el momento que
acabó... Manolo me dijo “Miguelito la que hemos liado aquí”. Y sobre todo por
toda la gente de Gijón que fue, que fue una locura. Cuando me fui a dormir ese
día me dije lo bonito que es el fútbol y las cosas bonitas que se pueden
vivir.”
¿Cómo era Manolo
Preciado?
“Mira cómo se me pone la piel. Manolo era un fenómeno. Como entrenador
siempre ha logrado los objetivos allí donde ha estado. Siempre decia que todos
para arriba que había que marcar primero gol y que luego no nos marquen. Me
quedo más con Manolo fuera del fútbol. Terminaba de entrenar e iba con los
jugadores a tomarse una cerveza, venia a cenar a tomar una copa, quedábamos con
las mujeres. Era un compañero más pero con el respeto que le tenías que tener.
Me acuerdo que podía ser muy amigo tuyo fuera del campo pero en el campo se
transformaba y te exigía. Yo me quedaba así en plan Manolo si ayer nos fuimos a
tomar una coca cola... Era otra persona, para él jugaba el que tenía que jugar
y no lo llevaba con la amistad.”
¿Cómo decidiste venir
a Osasuna?
“Antes de venir hablo con Sisi y con Raúl García que fue compañero mío
y es de aquí. Me dijeron que Osasuna se parecía mucho a Gijón, que es un club
muy familiar, que la gente apoya , muy fiel, que viven mucho el fútbol y que
iba a estar muy a gusto en Pamplona. Que lo intentara hacer lo mejor que sé. Me
he encontrado un vestuario super unido, que es especial, que salimos a comer o
a cenar y nos llevamos muy bien. Somos una piña y es el secreto para mantener
la categoría”.
La entrevista es propiedad de Gol Televisión S.L.
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