Osasuna y Sevilla se veían hoy las caras en un duelo con
aspiraciones bien distintas y opuestas. Los navarros situados en
la parte baja de la clasificación buscaban alejarse un poco y coger aire de los
puestos de descensos para próximos desafíos, mientras que los andaluces
persiguen el sueño de la Champions, casi imposible por la regularidad del
Athletic, ya que la Europa League la tienen bien agarrada.
Disputa del balón/ Fuente: Sevilla F.C |
Ni las numerosas rotaciones que ha hecho en la mañana de hoy
Emery, ni la nieve que ha caído horas antes del partido, ni el apoyo de una
afición que últimamente está dejando de ser tan fiel han conseguido bajar al
Sevilla de la espiral positiva en la que permanece desde hace una semanas,
cinco victorias en los últimos cinco partidos y la remontada en la Europa
League del pasado jueves ante su máximo rival.
El partido empezó con Trochowski, Jairo (hombre del
partido), Fernando Navarro y Vitolo de titulares en lugar de Rakitic, Marin, Alberto Moreno y Reyes, que
necesitaban un descanso tras la vuelta de la eliminatoria europea. Y aún con
esos cambios, el Sevilla fue superior con un juego más pausado y elaborado que
el del Osasuna, directo y con abundante número de centros laterales. Así llegó
la ocasión más clara antes del 0-1: centro de Marc Bertrán desde la derecha y
remate de cabeza de Oriol Riera. Poco después (minuto 26) llegaría el primer
tanto del Sevilla tras una gran jugada de Vitolo y una culminación perfecta de
Jairo. No se notó la falta de minutos del cántabro en las últimas jornadas y acabó
cuajando un gran partido. Con el partido dominado, el Sevilla empezó a generar
peligro hasta que en el minuto final de la primera parte, el canario Victor
Machín “Vitolo” le dio un regalo a Jairo que no supo aprovechar, estrelló el
balón en el travesaño en una ocasión en la que no había portero y el disparo se
produjo a dos metros de la portería. En el rechace, Vitolo peleó la pelota, se
tropezó con Damia que se fue al suelo golpeando el balón con la mano. El
árbitro señaló los once metros y Bacca transformó la pena máxima.
En la segunda parte el Osasuna estaba en estado de ko, solo
recibía ocasiones y golpes de los jugadores sevillistas, en particular de Bacca
que tuvo tres ocasiones muy claras para haber sentenciado el partido. La
primera la mandó fuera, la segunda al palo y la tercera la paró Andrés
Fernández. Parecía que iba afinando poco a poco (palo, fuera, portería y
faltaba el gol) pero cuando solo le quedaba meterla para adentro no le llegó la
ocasión. Ya en el minuto final del descuento, Acuña recortaba distancias y
metía el gol del honor en una internada por banda derecha tras un córner en
corto. No le iba a servir para nada, pues el partido acabaría en ese mismo
instante.
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