Como si fuera un francotirador en
posición y sin error. Llull está enrachado y con él el Real
Madrid. Hoy 7 triples del de Mahon para sentenciar por 74-96 a un
Laboral Kutxa peleón, que como siempre se entrega al máximo ante
los blancos aunque el marcador no lo refleje. Con esta victoria ya
son 19 en otros tantos partidos. Scariolo, autoexpulsado, convirtió
el partido en una auténtica batalla donde la polémica, la protesta
y el desconcierto brillaban mientras que el baloncesto, a ratos, se
quedaba en manos de unos pocos inspirados.
El Baskonia, aun con las bajas de
Hamilton y Heurtel, aguantaba el ritmo de Llull, que con tres de tres
en triples parecía entrenarlos para el concurso de esta noche en el
All Star. El balear era ayudado por otro isleño, Rudy Fernández y
por el MVP de la Copa de Málaga, Mirotic. Los vitorianos resistían
gracias a los de siempre, Nocioni y Pleiss. El primer cuarto acabó
21-26 favorable a los blancos.
En el segundo periodo llegó el primer
arreón merengue para poner el marcador en 21-30, pero ahí apareció
el llamado carácter Baskonia, ese que hace que se entreguen hasta el
final, para empatar el partido y colocar al Fernando Buess Arena en
el partido. A continuación, se retomó el asedio de los vigentes
campeones de Copa, Llull con dos triples, la gran aportación del
tunecino Mejri bajo ambos tableros, el siempre aire fresco del Chacho
y hoy y provocado por el susto en el tobillo de Rudy, el juego con
tres bases, Draper, Llull y Sergio. Entonces apareció San Emeterio
para recordar al San Eme que enamoró a España y acortar el
marcador para dejar la segunda parte completamente abierta, 37-42.
El regreso a la pista tras el paso por
vestuarios trajo la consigna blanca de finiquitar el partido sin la
necesidad de alargarlo más. Así fue, Rudy y Llull atinaban desde
lejos en la canasta vasca mientras Scariolo se autoexpulsaba
provocando un desconcierto generalizado en el pabellón. Ahí fue
cuando el Laboral Kutxa sacó su carácter aunque de una forma muy
poco clarividente, con errores y aciertos. Fue un espejismo, nada más
lejos de la realidad. El Madrid cogió su machete y continuó dando
golpes de autoridad para llegar al último parcial con el partido
sentenciado, 50-68.
El cuarto final fue de transición
entre un cuarto revuelto pero ganador a una victoria más que le
permite seguir invicto y líder de la Liga Endesa por parte del Real
Madrid mientras que el Laboral Kutxa transitó entre su cuarto
maldito, donde ha perdido el partido y desembocó en una nueva
derrota, la séptima consecutiva.
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