El conjunto malagueño afrontaba el
choque con la certeza de que estaría el sábado disputando las
semifinales de la Copa del Rey ante el Real Madrid, pero el destino
iba a ser caprichoso y no contemplaba esa opción. El CAI puede
tener peor plantel, sí, puede jugar en la cancha del anfitrión de
la copa, con el público en contra, sí, pero los maños son uno de
esos equipos que se atragantan al Unicaja, sobre todo en el Carpena.
Los de Plaza contaban con la más que
notable baja de Earl Callowey. Con esa razón, el entrenador catalán
decidió dar entrada en el cinco inicial a Sergi Vidal de base, para
ahorra minutos al único base disponible, Granger.
El partido empezó frío, con los maños
dominando en el marcador pero en pequeñas distancias. 11-15 fue el
marcador al final del primer cuarto, un cuarto que no nos dejó
mucho. Únicamente el control del rebote ofensivo del Unicaja y su
continuo desaprovechamiento. En el segundo cuarto llegó el arreón
local, para colocarse +7 al final del mismo, 38-31. Kuzminskas con 11
puntos emergió como el líder que necesitaba el equipo verde.
Pero de poco sirvió ese parcial, el
CAI lo devolvió en el siguiente cuarto para tomar una ventaja que no
dejaría escapar en ningún momento. Los de Abos tuvieron como
estiletes a Rudez y Shermadini con 16 y 15 puntos respectivamente.
También les ayudó el gran partido de Llompart, que como siempre da
clases de dirección de un equipo de baloncesto. No falla. Controla
los tiempos del partido. Asiste, hoy por siete veces. No se arruga en
los tiros libres finales. En resumen, un base que marca la
diferencia.
El último cuarto fue el de controlar
las ventajas y el de aguantar la tensión en los libres finales por
parte del CAI, y el de no perder la esperanza, ese verde esperanza
que viste orgulloso el aficionado al Málaga de baloncesto. Pero hoy
la remontada no se cumpliría, por lo que será el CAI el equipo que se
verá las caras con el Madrid por la disputa de una plaza en la
final.
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