Visto lo visto en el primer cuarto, se
esperaba la reacción amarilla en el segundo cuarto... que tampoco llegó ni iba a llegar en lo que quedaba de partido. Nuevo atascó en
ataque y nueva exhibición blanca en el otro tablero. El Madrid
guiado por el tinerfeño Sergio Rodríguez en la dirección de juego
y por Rudy en la ejecución, se consiguió escapar en el marcador con
un juego atractivo para los ojos del espectador. Así dinamitó el
partido con un arsenal de bombas y recursos dignos de una Guerra
Mundial.
El Madrid ha demostrado el porqué es
el máximo favorito a conquistar la Copa del Rey, imponiéndose
cómodamente a un mal y fallón Gran Canaria por 83-60 en un partido controlado
desde el minuto 1 hasta el 40. Bien es cierto que los de la isla contaban con la baja de Xavi Rey y con las molestias en la mano de Albert Oliver.
Los de Pedro Martinez, superados en
cualquier faceta del juego, no pudieron contrarrestar el brillante
ataque merengue. Tampoco eran capaces de encestar con facilidad, cada
canasta era un suplicio y el aro se convertía por momentos en una
charca de agua seca mientras que el del Madrid parecía una piscina
olímpica, sobre todo para Mirotic. El genio montenegrino acabó el
primer cuarto con más puntos que todo el equipo canario junto, 11
por 9 de los canariones.
La segunda parte fue una transición de
20 minutos, los de Laso bajaron el pie del acelerador y dejaron que
el Herbalife anotara más puntos en un cuarto, 23, que en toda la
primera parte, 20. Parte de la culpa de esta reacción la
tuvo el gigante Tavares, autor de 16 puntos y 12 rebotes para un
total de 31 de valoración.
De esta forma se llegó al final del partido,
aunque bien es cierto que el partido duró una canasta, la primera,
que fue la única vez que el Granca vio por encima o a una relativa distancia a un Real Madrid
sobrado que parece invencible.
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