Nueva victoria del Real Madrid de
baloncesto, nueva firma de un marcador escandaloso, nueva exhibición
de Rudy Fernández, nueva pista conquistada, en resumen, nueva
arrolladora victoria del equipo más en forma tanto de la competición
doméstica como de la europea.
Y es que cuando el Madrid salta a la
pista lo hace sin complejos, como si de un toro bravo se tratara,
directo hacia la victoria. Esta victoria estuvo basada en el tiro
exterior, 11 de 23 como equipo y 5 de 9 de Rudy Fernández en
particular.
El Estrasburgo, cenicienta del grupo y
posiblemente de la competición, poco podía hacer, ver como el
equipo más fiable de Europa les pasaba por encima e intentar
resistir los envites de la manera más digna posible. El Madrid solo
encontró algo de resistencia en el ex-NBA Ajinca (23 puntos, 5
rebotes) y en Murphy ( 17 puntos, 6 rebotes).
El partido, de forma extraña, seguía
existiendo en el segundo cuarto, y digo de “forma extraña”
porque los de Laso llevaban una renta de 10 puntos, obtenida en buena
parte por el MVP de la competición en octubre, Mirotic, y por el
balear Rudy Fernández, además tenían la posesión a favor en el 6'
(10-20), pero el cuarto acabó con un 17-22 que dejaba el partido
abierto.
El segundo cuarto fue el de controlar
la revolución francesa y la de parar a Ajinca al inicio del mismo,
el marcador en el minuto 12 era de 28-30. La otra misión, una vez
parada la revolución, fue la de estirar el marcador para pasar los
diez puntos, esto lo entendieron de maravilla Rudy, Lull y Carroll y
desde el perímetro enchufaban un triple tras otro. Misión cumplida
(más 15, 31-46) que se suele decir.
Con esta ventaja, ya podían sentenciar
el partido en el tercer cuarto. Y así se hizo, tras colocarse en el
segundo cuarto las orejeras, como los jinetes hacen antes de escuchar
el pistoletazo de salida para en el tercero galopar directos hacía
el pleno de victorias, 4 de 4.
El cuarto cuarto fue el de dejar jugar
al equipo rival para que redondee el marcador final, 66-85.
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