El
Nápoles consiguió la primera victoria de la Liga de Campeones por
2-1, en su estreno ante el actual subcampeón de Europa, el Borussia
de Dortmund, que acabó el partido con diez jugadores por la
expulsión de su portero Weidenfeller y de su entrenador.
El
partido comenzó falto de ritmo, con escasas llegadas a ambas
porterías hasta que en el minuto 29, Higuaín marcó el primer gol
del partido con un soberbio testarazo a la salida de un corner. Este
gol hizo enloquecer a Jurgen Klopp, que se encaró cara a cara con el
cuarto árbitro gritándole a escasos centímetros y pidiéndole que
a su defensa Subotic, que había sido atendido y acababa de entrar,
no le habían dejado tiempo a llegar al área para defender el saque
de esquina.
La acción de la expulsión del meta alemán |
En
el minuto 45 llegó la peor de las noticias para los alemanes, en un
pase largo a Higuaín, se produjo una mala salida del guardameta
alemán Weidenfeller que tuvo que tocar el balón con la mano fuera
del área, ya que si no se quedaba el Pipa sólo y sin portero para
marcar el 2-0. Así se llegó al descanso.
La
segunda parte empezó como la primera, ambos equipos adormilados,
apáticos, apagados, el Nápoles se conformaba con el 1-0 y parecía
que al Borussia no le iba mal del todo el resultado, se cerraban
atrás y salían a la contra. Hasta que en el minuto 67, Insigne
marcó uno de los goles de la jornada, una maravilla, un gol de
crack, una genialidad, una falta directa desde su casa que se colaba
por toda la escuadra (llega a tocar en el palo), en resumidas
cuentas, un gol para enmarcar.
Los
alemanes parecían muertos pero en el minuto 87, Zúñiga les dio
vida al introducir el balón en su propia portería en un rechace.
Al
final los de Klopp encerraron en el área a los italianos que
acabaron pidiendo la hora colgados bajo el larguero. Con esta
victoria el Nápoles se coloca primero de su grupo con el Arsenal y
el Dortmund último como el Marsella.
Por @NED_web
Publicar un comentario