El Liverpool pega un puñetazo sobre la mesa y también quiere Champions

El Liverpool se está convirtiendo en la gran revelación de esta segunda vuelta en la Premier y así lo ha demostrado con su victoria ante el Tottenham. El proyecto de Brendan Rogers empieza a tomar forma a pesar de la cantidad de críticas que ha recibido desde su llegada al equipo. La visita del Tottenham era una buena opción para engancharse a la pelea por la Champions y los locales no la iban a desaprovechar. El Liverpool salió enchufado al partido pero el Tottenham quería el balón para controlar el fútbol. Cumplido el minuto 20, José Enrique vio el desmarque de Luis Suárez en carrera, le puso la bola y el uruguayo se encargó de mandarla al fondo de las mallas para poner al Liverpool por delante en el partido. El partido se abrió a partir de este momento con ocasiones para los dos equipos y justo antes del descanso Vertonghen aprovechó un balón cruzado de Gareth Bale desde la banda derecha para poner la cabeza y hacer que el empate subiera al marcador.

Con la reanudación los londinenses salieron más enchufados y el Liverpool acusó el golpe del gol en los últimos instantes de la primera mitad.  En el minuto 52, mismos protagonistas que en el primer gol visitante, Gareth Bale puso una falta lateral y tras una serie de rechaces dentro del área, el balón acabó en los pies de Vertonghen que ponía por delante a los de Villas-Boas. A partir de aquí, el Liverpool lejos de echarse atrás tiró de orgullo y apoyado por el siempre fiel Anfield se vino arriba. En el minuto 65, un fallo de la defensa del Tottenham en un mal pase atrás y una mala salida de Lloris pusieron en bandeja a Downing el empate a dos. El Liverpool estaba mucho mejor y era cuestión de tiempo que llegara el tercero pero hubo que esperar hasta el minuto 82, cuando Assou Ekotto cometió un penalti absurdo sobre Luis Suárez. El capitan, Steven Gerrard no iba desaprovechar el regalo y ponía el definitivo 3-2, que acerca un poco más al Liverpool a la ansiada Champions.