El pasado domingo, la Ligue 1
francesa echó el cierre a una temporada que pasará a la posteridad. No en vano,
el campeonato galo finalizó con un campeón inédito pese a que cuente con 93 años de
vida a sus espaldas. Se trata del Montpellier, uno de los grandes históricos
del fútbol galo y que, pese a ello, jamás había conseguido hacerse con el
máximo trofeo nacional.
De hecho, cuando arrancó la
competición ni siquiera contaba entre los favoritos. Tanto es así que la pasada
campaña la cerró con un decimocuarto puesto que hacía presagiar que en esta su único
objetivo era luchar por la permanencia. Sin embargo, el conjunto del Stade de la
Mosson ha sorprendido a todos, llevándose un título para el que, a priori, el
principal candidato era un Paris Saint-Germain labrado a base de petrodólares.
Pero, pese a que el cuadro de la
capital gala se había gastado ‘el oro y el moro’ en fichajes, ha tenido que
hincar la rodilla ante un Montpellier que, hasta ahora, lo máximo que había
conseguido hacer en la Ligue 1 había sido un tercer puesto en la temporada
87/88. Es más, ‘Le Petit Chelil’, como se le conoce en Francia, jugaba hace
apenas cuatro cursos en la Ligue 2, aunque, eso sí, regresando a lo grande a la
máxima categoría en la 09/10, en la que finalizó quinto. Fue toda una declaración
de intenciones.
Porque esta campaña el equipo ha
jugado a ganador desde la primera jornada. Basta recordar que nunca ha bajado de
la cuarta posición de la tabla, siendo líder durante 19 de las 38 fechas, las
diez últimas de manera ininterrumpida. Incluso, los pupilos de René Girard han
sido, con 25, los que más duelos han ganado y, además, junto al Toulouse, los
que menos goles han encajado, 34. De igual modo, tras el PSG (75) y el Lille
(72), han sido la tercera escuadra más anotadora del torneo, con 68, contando en
sus filas con el máximo artillero del mismo, Olivier Giroud, quien con 21
tantos empató en esta faceta con el brasileño Nené, del PSG.
No obstante, el gran héroe que
pasará a la historia del Montpellier será el nigeriano Utaka, que firmó las dos
dianas que le dieron el título al equipo
en el campo del Auxerre, en un partido que tuvo que ser suspendido en dos
ocasiones y durante unos minutos por el lanzamiento de bengalas al terreno de
juego, toda vez que la hinchada local quiso mostrar su queja por el descenso de
los suyos. Con ello, el triunfo del Paris Saint-Germain en casa del Lorient no cambió el desenlace de una competición que terminó tiñéndose de
azul y naranja.
De esta manera, el conjunto del
Stade de la Mosson amplió un palmarés que contaba ya con dos Copas de Francia. La
primera, la de la edición de 1929, cuando se impuso por 2-0 al Séte en el duelo
decisivo. La segunda, en 1990, venciendo en la prórroga por 2-1 al Racing de
París. Incluso, ‘Le Petit Chelil’ estuvo presente en otras dos finales, las de
1931 y 1994, frente al Club Français y el Auxerre, en las que cayó por idéntico
resultado: 3-0.
Además, tiene en
su historial con una Coupe d’Été, torneo predecesor de la actual Copa de la
Liga gala que se disputaba de manera bianual los veranos en los que no había
Eurocopa o Mundial y en el que no tomaban parte los equipos de la Ligue 1. Fue
en 1992, cuando se impuso al Angers por 3-1. Igualmente, en 1994, perdió la
oportunidad de revalidar su cetro frente al Lens, cayendo por 3-2. Lo mismo le
ocurrió el año pasado, cuando perdió por 1-0 frente al Olympique de Marsella,
diciendo así adiós a la posibilidad de hacerse con el que hubiese sido su
tercer título oficial (lo es desde 1995).
Y la cuenta de éxitos se cierra
con una Copa Intertoto (1999) y tres campeonatos de la Ligue 2 (45/46, 60/61 y
86/87). Pero el mayor de todos acaba de llegar este mismo curso,
poniendo al conjunto del Stade de la Mosson en el primer plano del fútbol
europeo. No en vano, el próximo año debutará en la Champions, cumpliendo un
sueño que parecía inalcanzable hace apenas un lustro. Un ejemplo más de que no
existen los imposibles en este deporte y que los equipos humildes, como los
buenos estudiantes, pueden lograr tras muchísimos esfuerzos sacarse el
doctorado.
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