La
afición del Milan no guarda un grato recuerdo del pasado mes de octubre. No en
vano, y casi sin solución de continuidad, tuvieron que despedirse de dos de sus
principales ídolos, Gennaro Gattuso y Antonio Cassano, por dolencias complejas
y que, incluso, ponían en serio peligro la continuidad de ambos en el mundo del
fútbol. Y es que, a las primeras de cambio, la temporada cambió el color ‘rossonero’
que tenía para ambos, tiñéndose de los tonos oscuros de un larguísimo túnel en
el que parecía muy complicado volver a alcanzar la luz.
El
primero en adentrarse en esa situación fue Gattuso, en la segunda jornada de
la Serie A, ante la Lazio. Aquel 9 de septiembre, ‘Rhino’ tuvo que ser
sustituido a los 19 minutos, tras protagonizar un choque fortuito con su
compañero Nesta que, en principio, pareció dejarlo conmocionado. Sin embargo,
la situación era bien distinta, puesto que su síntomas de desorientación y visión
doble habían comenzado antes del impacto.
De
hecho, el propio futbolista así lo admitió días después, calificando aquella
tarde como uno de los peores momentos de su vida. Por ello, y como resultaba lógico,
los servicios médicos de la entidad de San Siro comenzaron a investigar la
causa de su dolencia. Y, tras numerosos estudios, la encontraron: padecía una
parálisis en el sexto nervio craneal, el que controla el movimiento del ojo.
Así
las cosas, el día 24 de octubre, Gattuso confirmaba que tenía que retirarse
momentáneamente, a fin de tratarse. En este sentido, se estimó que podría estar
de vuelta en unos seis meses, si bien es cierto que, al tratarse de una lesión
complicada, nadie daba por seguro que pudiese regresar a los terrenos de juego
en plenitud de facultades. Pero esta no iba a ser la única mala noticia para el
Milan.
Porque
no había pasado ni siquiera una semana desde aquel anuncio cuando Antonio
Cassano protagonizaba un tremendo susto. Fue el 29 de ese mismo mes, tras el
partido frente a la Roma. Entonces, el delantero, que había disputado con
normalidad 18 minutos de aquel encuentro, tuvo que ser hospitalizado al sufrir
un ictus isquémico, algo que desveló que sufría una malformación cardiaca congénita
por la que debía pasar por el quirófano, a fin de evitar males mayores.
Y así
lo hizo el 5 de noviembre, sometiéndose a una operación en la que le abrieron
de par en par un pequeño orificio de las aurículas del corazón, facilitándole
de este modo el bombeo de la sangre. A partir de ahí, el plazo para volver a
verlo vestido de corto fue similar al de su compañero: seis meses, aunque, de
nuevo, con toda la cautela del mundo, puesto que su dolencia era, incluso, más
complicada si cabe.
Con
todo ello, tanto uno como otro tuvieron que acostumbrarse a ver los partidos
del conjunto ‘rossonero’ desde la grada, como simples aficionados; compaginándolos
con larguísimas sesiones de rehabilitación en las que los dos tenían sólo un
objetivo en la cabeza: poder estar cuanto antes a disposición de Allegri. Pero
para que eso ocurriese debían pasar aún muchas semanas, aunque, por sorpresa,
menos de las inicialmente esperadas.
No
en vano, Gattuso consiguió acortar los plazos, recibiendo el alta y volviendo a
los entrenamientos con total normalidad a mediados de marzo. Así, el día 17,
un mes antes de lo esperado, pudo participar en un encuentro, sustituyendo a
Muntari en el tiempo de prolongación del Parma-Milan. No obstante, el míster
consideró que aún estaba algo falto de ritmo, razón por la cual lo reservó unas
semanas más, lo que permitió que Cassano pudiese adelantarle en su recuperación.
Tanto
es así, que ‘Talentino’ volvió a contar para Allegri a comienzos de abril,
también con un mes de antelación sobre lo previsto. Y el técnico no se lo pensó
demasiado. Hasta el punto de que lo metió en el campo en sustitución de Zambrotta
a falta de siete minutos para la conclusión del Milan-Fiorentina del pasado día
7. El ariete no marcó, pero se mostró tremendamente participativo e, incluso,
llegó a reclamar un penalti, un gesto que, sin duda, hizo ver a todos los
aficionados que ya estaba de vuelta. Eso sí, su falta de competición
le ha llevado a no volver a tener minutos desde entonces, aunque su presencia
se antoja como fundamental en el tramo final de competición, en el que los ‘rossoneros’
pelean con la Juventus por el ‘Scudetto’.
También
lo será la de un Gattuso que el pasado día 10, frente al Chievo Verona, regresó
a la titularidad, disputando 61 minutos y demostrando que, poco a poco, vuelve
a ser el perfecto ‘hombre escoba’ que cualquier organizador quisiera tener como
socio en el centro del campo. Es más, ‘Rhino’ no ha dejado pasar la oportunidad
de hablar sobre su futuro, confirmando que espera renovar su contrato, que
expira el próximo 30 de junio, y permanecer “muchos más años en San Siro”.
Y es
que tanto él como Cassano han vuelto con ganas de comerse el mundo, decididos a
aprovechar al máximo esta segunda oportunidad que el mundo del fútbol les ha
puesto ante ellos. Porque, como dicen los optimistas, “siempre hay luz al final
del túnel”. Si no, que se lo digan a ellos, que en apenas unos meses han
cambiado la oscuridad que parecía rodear sus futuros por una iluminación que
reluce más que el sol y tiene tintes ‘rossoneros’.
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