Hay equipos que pese a que ser
los grandes dominadores del fútbol en su país, en el concierto internacional
nunca han pasado de desempeñar el rol de ‘cenicienta’. Clubes con sus salas de
trofeos llenas a rebosar, pero que más allá de sus fronteras apenas han
disfrutado más allá de las primeras rondas de cualquier competición
continental. Pero la historia está para cambiarla y eso mismo se está
encargando de demostrarlo la escuadra más laureada de Chipre.
Hablamos del Apoel de Nicosia, un
conjunto que se ha ganado a pulso el sobrenombre de ‘Thrylos’ (leyenda en
griego) desde que nació hace casi 86 años, el 8 de noviembre de 1926. No en
vano, su palmarés ha sumado la friolera de 21 Ligas, 19 Copas y 10 Supercopas,
más que ningún otro conjunto del país. Pero, desde que debutase en la Recopa
63/64, apenas había logrado nada digno de mención en sus paseos por el ‘Viejo
Continente’.
Tanto es así que, hasta ahora, su
participación más sonada en una competición continental databa de la Copa de
Europa 86/87, cuando el gobierno chipriota le prohibió jugar contra el Besiktas
turco, por la archiconocida rivalidad histórica entre ambas naciones, y la UEFA
le prohibió volver a jugar un torneo de este tipo durante las dos siguientes
temporadas. Afortunadamente para la entidad, tan sólo tuvo que cumplir la mitad
de la sanción.
Pero si nos ceñimos sólo a los
resultados, el curso más fructífero a nivel internacional para los de Nicosia
databa de la 02/03, cuando llegaron a disputar diez duelos: los seis
correspondientes a las tres primeras rondas clasificatorias de la Champions, de
donde los eliminó el AEK de Atenas, y los cuatro de las dos primeras de la
UEFA, en la que su verdugo fue el Hertha de Berlín. Aunque en este 2012, el
Apoel tenía una cita con la historia.
No obstante, encuadrados en el
Grupo G, el Apoel no se dignó a ser una mera comparsa, sino todo lo contrario.
No en vano, comenzó imponiéndose al Zenit de San Petersburgo (2-1), siguiendo
después con sendos empates a uno fente al Shaktar Donetsk y el Oporto. Con
cinco puntos al final de la primera vuelta, el ‘Thrylos’ tenía licencia para
soñar y, como los hechos se encargaron de demostrar, decidió apurarla.
De hecho, se impusieron a los
‘Dragoes’ por 2-0, igualaron a cero en la fría Rusia y terminaron hincando la
rodilla, por 0-2, contra los ucranianos. Poco importó, porque los chipriotas
habían hecho historia, terminando la fase como primeros de grupo, con 9 puntos
y mejor ‘goal average’ que el Zenit. A partir de ahí, sólo quedaba por delante
disfrutar del momento, puesto que la presión ya era para el resto.
El siguiente paso fueron los
octavos de final, ante uno de los ‘gallitos’ de la Champions en los últimos
años, el Olympique de Lyon francés, que en el duelo de ida, en el estadio de
Gerland, se impuso por un 1-0 que, para muchos, avanzaba el final del periplo
continental del Apoel esta temporada. Pero nada más lejos de la realidad,
porque en la vuelta, el coliseo de Nicosia se convirtió en un auténtico
infierno, llevando en volandas a los suyos que igualaron la eliminatoria con otro
1-0 que forzó la prórroga.
Y allí, el ‘Thrylos’ perdió los
complejos y batalló sin descanso para engrandecer aún más su leyenda. Aguantó
con su portería a cero y llevó la pelea por el pase a cuartos a una tanda de
penaltis donde la suerte estuvo de su lado, ganando por 4-3 y provocando el
éxtasis en sus graderíos. Por primera vez en la historia, Chipre iba a estar
representado en la antepenúltima ronda de la Champions, algo inaudito y que,
como reza su sobrenombre, sólo podía lograr el Apoel.
Ahora, los pupilos de Iván
Jovanovic esperan a que el bombo decida su próximo rival, conscientes de que ya
grandes del ‘Viejo Continente’ como el Manchester United, el City, el Valencia
o el Borussia Dortmund no han podido llegar a donde ellos sí lo han hecho. Aunque,
puestos a soñar, habiendo garantizado ya que los de Nicosia van a alcanzar,
como mínimo los 16 partidos internacionales en este curso, ¿por qué no pensar
en que se puedan firmar otros tres más? Porque en Chipre, el ‘Thrylos’ es
sinónimo de leyenda, algo de lo que en el resto de Europa ya nos empezamos a enterar.
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