La casa se construye desde abajo. La expresión de portería a cero cobró todo el sentido del mundo desde que su figura preside el banquillo del Etithad Stadium. Se le fichó para ganar títulos sin que el estilo fuera una imposición desde la directiva. En ese camino ha hecho de su casa un terreno inexpugnable. Durante 2011 sólo dejaron escapar 2 puntos de 54 posibles frente al Fulham (1-1). A día de hoy no hay equipo que le tosa cuando el esférico rueda por la ciudad de Mánchester.
Después de las apuestas por la FA Cup, el objetivo en 2012 es hacerse con la Premier ya que no hay posibilidades de conquistar la máxima distinción europea. Los métodos heredados de Capello no son todavía efectivos en la Champions League, pero sí en el campeonato doméstico. Mancini ha impregnado su City de catenaccio, donde sólo el talento de Agüero y Silva pone una chispa de imaginación a un juego ramplón, pero eso sí serio atrás y efectivo arriba. Sus delanteros rentabilizan sus oportunidades hasta la máxima expresión. En la lista de los 10 primeros goleadores de la Premier figuran tres del City: el Kun, Dzeko y Balotelli.
Por detrás de ellos todo es músculo escaso de virtuosismo hasta llegar a Hart, que siempre que se le requiere acude a la llamada del rescate. Mancini se desentiende de la posesión del balón, lo primero es defender. Ya habrá ocasiones en forma de contragolpes letales, balones parados o aprovechando los errores rivales. Con un talonario de ceros infinitos, se puede permitir lujos como sentar a una lateral con precio delantero caso de Koralov frente al Liverpool o salir de inicio con un once formado por un solo inglés (como ha ocurrido esta temporada).
En una lucha centrada anteriormente entre las apuestas de Manchester United, Liverpool, Arsenal, Tottenham y Chelsea se ha colado un nuevo intruso que ya mira a todos desde los privilegios que supone descansar una noche tras otra en lo más alto de la tabla porque cuando tropieza también lo hacen sus inmediatos perseguidores. ¿La suerte del campeón?
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