Foto: Carlos Rui Abreu/JN |
Nueva polémica en torno a
Fernando Madureira, líder de los Super Dragões –ultras del FC Porto-. Se le
acumulan los problemas al líder, también conocido como Macaco, que fue ligado a
una red de droga antes de finalizar 2015 y actualmente está siendo acusado,
junto con varios integrantes de los ultras que lidera, de actuaciones violentas
y enfrentamientos provocados con el Canelas 2010, equipo donde juegan en la
distrital de Porto.
La última según relata Jornal de Notícias aconteció ayer lunes cuando Fernando Madureira entró en el pequeño
establecimiento Taberna da Esquiça en Fafe que es propiedad del padre del
árbitro Jorge Ferreira, envuelto en una gran polémica por señalar un penalti a
favor del Benfica en la visita al Paços de Ferreira que supuso el 1-2 y ha
provocado la indignación de sus rivales por el título: FC Porto y Sporting CP.
Foto: Carlos Rui Abreu/JN |
La información del JN relata
que el líder de los Super Dragões acompañado por amigos entraron fumando en el pequeño
establecimiento cerca de las 21:30 horas local. Tras sentarse a cenar
preguntaron “¿Dónde está el ladrón?” y el padre de Jorge Ferreira, que estaba
acompañado por dos personas, se negó a serviles porque a la cocina estaba cerrada. A pesar de ello los aficionados portistas todavía bebieron algunas
bebidas antes de que Fernando Madureira pidiese el libro de reclamaciones que
le fue negado y acabó con la llamada a la GNR (Guarda Nacional Republicana),
que también habían sido llamados por el propio Jorge Ferreira en cuanto supo de
la presencia de ellos en el establecimiento de su padre.
Armindo Ferreira, padre del
árbitro, confirmó lo sucedido en declaraciones a CMTV y Fafe TV y pidió que dejaran
a su hijo en paz. “No tengo culpa de mi hijo ser árbitro, somos personas
distintas”. También pidió que separasen el fútbol de la vida y señaló que no se
mete en la vida de su hijo “quien soy yo para decirle a mi hijo que no sea
árbitro”.
Fernando Madureira, líder de Super Dragões |
Por otro lado, el propio
Fernando Madureira confirmó al JN que estuvo en el bar pero que fue una simple
coincidencia. “Pase con amigos, no sabía que pertenecía a Jorge Ferreira. Y
fuimos nosotros quien llamamos a GNR porque no nos dieron el libro de reclamaciones”.
JN también adelanta que Jorge
Ferreira presentó hoy una denuncia en la GNR de Fafe y que en los próximos días
será acompañado por un guardaespaldas privado por temer de su integridad
física.
Otro medio de comunicación portugués, TSF, se hizo eco de la noticia y publicaron fotografías exclusivas y nueva información sobre el incidente. En dichas fotografías se ve al grupo de amigos en el bar y la reclamación hecha a las 21:35 horas locales por uno de ellos: Fernando Rodrigues. Según se puede observar, Fernando Rodrigues cuenta que "eran las 21:15 rechazaron servir la cena a mi mesa con otros clientes en la sala y que fueron servidos posteriormente, solo me dieron el libro de reclamaciones con la presencia de la GNR".
El medio también contactó con Fernando Madureira que según relata "soy libre de ir a cualquier restaurante. Estaba con un grupo de amigos y uno sugirió aquel restaurante. Ni sabía de quien era". El líder de Super Dragões también dice que "un señor que estaba allí entró en pánico con mi presencia". Según la versión que cuenta se dio cuenta que el bar pertenecía al padre de Jorge Ferreria cuando llegó la GNR a lo que añadió "para mí pensé que quedó tan preocupado por lo que el hijo está haciendo últimamente en los campos portugueses". Como todavía no eran las nueva y media pidió el libro de reclamaciones: "me dijeron que no tenían y uno de mis amigos llamó a la GNR para poder hacer la reclamación. Cuando llegó multó al señor con 500 euros".
Armindo Ferreira, padre del árbitro, no se dio cuenta de quien era el grupo que acababa de entrar pero ni así consiguió dejar de tener miedo. En declaraciones a Fafe TV explicó "tenían cara de querer hacerme mal. Después supe que eran ultras del FC Porto, el señor Madureira y compañía, y tuve miedo. Pasado un cuarto de hora llegó la GNR". También confirmó que se negó a servir a los ultras porque estaba en la hora de cerrar la cocina, lo que motivó el pedido de reclamaciones. "La tasca tiene 98 años, nunca necesité nada, y no entiendo porque pidieron el libro de reclamaciones solo porque no los serví a las 21:30 horas, que es cuando la cocina cierra".
Preguntado por la relación de la visita con el hecho de ser padre del árbitro en el punto de mira esta semana, Armindo no dudó en responder: "Absolutamente. Estoy convencido al 100%. Yo no tengo la culpa de que mi hijo sea árbitro y las personas deberían tener consciente porque fútbol es fútbol y la vida es vida. No vamos a mezclar la taberna del padre con el hijo árbitro. El hijo tiene su vida".
Otro medio de comunicación portugués, TSF, se hizo eco de la noticia y publicaron fotografías exclusivas y nueva información sobre el incidente. En dichas fotografías se ve al grupo de amigos en el bar y la reclamación hecha a las 21:35 horas locales por uno de ellos: Fernando Rodrigues. Según se puede observar, Fernando Rodrigues cuenta que "eran las 21:15 rechazaron servir la cena a mi mesa con otros clientes en la sala y que fueron servidos posteriormente, solo me dieron el libro de reclamaciones con la presencia de la GNR".
El medio también contactó con Fernando Madureira que según relata "soy libre de ir a cualquier restaurante. Estaba con un grupo de amigos y uno sugirió aquel restaurante. Ni sabía de quien era". El líder de Super Dragões también dice que "un señor que estaba allí entró en pánico con mi presencia". Según la versión que cuenta se dio cuenta que el bar pertenecía al padre de Jorge Ferreria cuando llegó la GNR a lo que añadió "para mí pensé que quedó tan preocupado por lo que el hijo está haciendo últimamente en los campos portugueses". Como todavía no eran las nueva y media pidió el libro de reclamaciones: "me dijeron que no tenían y uno de mis amigos llamó a la GNR para poder hacer la reclamación. Cuando llegó multó al señor con 500 euros".
Armindo Ferreira, padre del árbitro, no se dio cuenta de quien era el grupo que acababa de entrar pero ni así consiguió dejar de tener miedo. En declaraciones a Fafe TV explicó "tenían cara de querer hacerme mal. Después supe que eran ultras del FC Porto, el señor Madureira y compañía, y tuve miedo. Pasado un cuarto de hora llegó la GNR". También confirmó que se negó a servir a los ultras porque estaba en la hora de cerrar la cocina, lo que motivó el pedido de reclamaciones. "La tasca tiene 98 años, nunca necesité nada, y no entiendo porque pidieron el libro de reclamaciones solo porque no los serví a las 21:30 horas, que es cuando la cocina cierra".
Preguntado por la relación de la visita con el hecho de ser padre del árbitro en el punto de mira esta semana, Armindo no dudó en responder: "Absolutamente. Estoy convencido al 100%. Yo no tengo la culpa de que mi hijo sea árbitro y las personas deberían tener consciente porque fútbol es fútbol y la vida es vida. No vamos a mezclar la taberna del padre con el hijo árbitro. El hijo tiene su vida".
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